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La zona vitivinícola de la D.O. Cigales se extiende por el norte de la capital, en la parte más occidental de la comarca natural de los Montes Torozos.
Aunque ya existían en la zona viñedos en el siglo X, y se tiene constancia de que en 1888 se producían en la zona más de 15 millones de kilos de uva, el origen de la D.O. data de 1991. Hoy los rosados cigaleños, frescos y afrutados, se cuentan entre los mejores del país; pero también los tintos despuntan en una comarca tradicionalmente identificada por sus claretes. Recientemente se han añadido a la denominación vinos blancos y rosados espumosos además de vinos dulces.
En su territorio descubriremos infinidad de bodegas subterráneas horadando los cerros, que han conservado el saber de generaciones que impregna las gruesas vigas de antiguos lagares.
La reina de los vinos de Cigales es la variedad de uva tinta tempranillo. Este cepaje, unido a viníferas blancas, es la base de los rosados modernos. Pero la revelación de esta histórica comarca de vinos claretes han sido los tintos. Unos vinos que irrumpen en el mercado dentro del diseño de moda: vinos con color, buen potencial aromático y estructura tánica. La tempranillo de Cigales no anda muy lejos del Duero.
El Pisuerga desemboca en él unos kilómetros más abajo. Cigales se consolida hoy como la gran zona de rosados jóvenes modernos y una prometedora aventura enológica de tintos de envejecimiento en barrica.