Planifica tu visita
Una importante corriente de peregrinación medieval era la que conducía a los viajeros procedentes de países mediterráneos que desembarcaban en los puertos de la costa oriental de la Península para, después de atravesar literalmente media península –o casi la península entera- llegar a tierras compostelanas. En realidad, habría que hablar, con más propiedad, del entronque de varios caminos que con inicio en puntos de la costa mediterránea como Alicante, Valencia y Murcia se suman o se ramifican a lo largo del trayecto según diferentes tradiciones jacobeas. Estos, en concreto, se funden en Albacete para acometer juntos una buena parte de las llanuras manchegas. Tras ellas, y después de recorrer las provincias de Cuenca, Toledo y Madrid, penetran en territorio abulense por la Venta Juradera, recalan en la ciudad amurallada y salen de esta provincia por tierras de Arévalo. Es entonces cuando comienzan su andadura por la provincia de Valladolid.
Una vez en ella, el viaje hacia Santiago se enfila por las vías tradicionales de comunicación que atravesaban el costado occidental de la provincia en su discurrir entre el centro peninsular y el noroeste. En ese trayecto recalan en dos de las poblaciones con mayor patrimonio monumental e histórico de la provincia, como son Medina del Campo y Tordesillas. Precisamente, en la localidad de Medina del Campo ambos caminos toman sus propios derroteros. El Camino de Levante enfila desde aquí hacia la Vía de la Plata –Camino Mozárabe de peregrinación- a través Nava del Rey, Siete Iglesias de Trabancos, Castronuño y Villafranca de Duero para proseguir después hacia Toro y Zamora.
Señalizada: Sí
Tipo de ruta: a pie, en bici, a caballo