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Es una marcha por páramos perdidos y solitarios, donde sólo encontraremos algún rebaño de ovejas. Y es que, en estos lugares del Cerrato, sólo saludamos a los pastores.
Partimos de Castroverde por el camino de las Bodegas. Nuestra primera parada es en la fuente del Pocillo, realmente un pozo con bomba para llenar el abrevadero contiguo. Un poco más adelante se encuentran los corrales de Roblepolonia, con un chozo en estado ruinoso. Subimos el último trecho del páramo, desde donde contemplamos una preciosa vista sobre el valle Esgueva.
Y nos encontramos en otro lugar de cuento: la Casa de Usinio. Tiene algo de mágico este terreno situado en el nacimiento del valle de Arranca, con abundancia de robles, prados y manantiales. La casa es de adobe con pequeñas tenadas protegidas de las alimañas. Muy cerca, un pozo de excelente agua con una casetilla y un abrevadero en el exterior.
Pero hemos de seguir. Atravesamos el páramo -tierras rojas salpicadas por alguna encina- que aquí no es totalmente llano hasta llegar a la Cabañona, amplio conjunto de corrales entre los que destaca un chozo pastoril en relativo buen estado. Aquí dormían los rebaños cuando -eran otros tiempos- los pastores pasaban largas temporadas, sobre todo en verano, alejados del pueblo, preocupados sólo de cuidar a las ovejas. También, en alguna ocasión esporádica, pudieron utilizarlos los pastores trashumantes que surcaban la cañada real Burgalesa.
Muy cerca de la Cabañona, al Norte, ya en las laderas del páramo, podemos contemplar un buen bosque de roble y la caída hacia el arroyo de San Juan, que pertenece a la provincia de Palencia. Al Este se ve la localidad de Hérmedes de Cerrato.
A la vuelta cruzamos de nuevo el páramo por el camino real de Palencia y la colada de la Llave, llegando a por el mismo camino que iniciamos la ruta a Castroverde.
Circular: Sí
Desnivel (m): 120
Dificultad: baja
Época ideal: primavera, verano, otoño
Fuente: Sí
Longitud: 16,5 km
Señalizada: no
Tipo de ruta: a pie, en bici
- Castroverde de Cerrato