Turismo Provincia de Valladolid

El páramo en el que se tajó este valle tiene una capa de caliza relativamente ancha, como podemos ver en la zona de las Pinzas y del pico Bocos. Eso hace que tenga mayor capacidad de almacenamiento de agua sobre la capa impermeable de margas yesíferas. Razón por la cual las fuentes de este recorrido son abundantes y de caudal generoso. Salimos de San Llorente y, tras recorrer unos cientos de metros por el camino real de Burgos, llegamos al despoblado medieval de Isarrubia, con su fuente correspondiente. Es el apacible lugar que da origen al arroyo del Cuco. Junto a la fuente -de dos caños- disfrutamos de una pobeda con algunos sauces, matas de negrillos y abundante hierba. En lo alto, los restos de lo que fue la iglesia y, a medio camino, varias navesanas de grandes piedras calizas perfectamente colocadas, con árboles frutales. Ya en el páramo, las calles que separaban propiedades.
Si nos desviamos un poco de la ruta -no hay que bajar prácticamente nada- llegaremos a la fuente de Valmoral, con un simpático chozo de pastor enfrente. Sin embargo, la fuente de San Pedro queda a un kilómetro de la senda principal. Pasado Corrales, que también tuvo una magnífica fuente a juzgar por los restos del lavadero, subimos, contemplando el valle, a la fuente de Honsequilla. Y de nuevo el páramo se abre ante nosotros. Dejamos a la izquierda un bosque de encinas en el que atisbamos restos de corralizas y chozos. Hasta que llegamos a un cruce con varias señales: a la derecha regresamos a San Llorente por el camino real de Burgos, finalizando la ruta. Pero si quisiéramos llegarnos al mágico lugar de la fuente de San Bartolomé -pues estamos a fuentes- recorreremos algo más de un kilómetro a la izquierda. Hay que decir que tanto esta ruta como las otras dos están perfectamente señalizadas, de manera que es difícil perderse. Lo que desconocemos es la razón por la cual se encuentran descatalogadas.