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Si el Canal de Castilla fuera un río, tendría dos desembocaduras: una en Medina de Rioseco, en el río Sequillo y la otra en el Pisuerga en Valladolid. Nos desplazamos hasta la segunda para iniciar la ruta.
Desde el puente Mayor vemos como, antes de la pesquera y en la orilla derecha, un torbellino de agua irrumpe sobre la tranquilidad del Pisuerga. Es el último aliento del canal, que parece resistirse a morir.
Antes, ha pasado bajo un moderno hotel -primero fue fábrica de harina- y ha alegrado la vida de un parque urbano, antes huerta. Subimos hasta la dársena, que aún se siente acompañada por una grúa y viejos almacenes desde los que, directamente, se cargaban las barcazas. Ahora, por cualquiera de los caminos de sirga nos ponemos en marcha atravesando una zona urbana, pero con patos y abundantes vegetación.
Llegamos a la esclusa 42 y nos fijamos que ¡tiene compuertas! y en la fábrica restaurada. Enseguida cruzamos por un acueducto sobre el arroyo Berrocal y contemplamos el Pisuerga de nuevo. No será la última vez. Y al poco la 41, ya con sus compuertas transformadas en muro.
Nos vamos alejando de la gran ciudad y el campo se abre cada vez más. Un primer leguario nos indica que hemos caminado legua y cuarto.
Ahora nos toca pasar junto al arroyo Santa Cruz, que unos metros más abajo posee una fuente de estupenda agua. Y choperas junto al río. A la altura de Cabezón, son ya dos leguas y media.
Cruzamos junto al monasterio de Santa María de Palazuelos, con el espectacular fondo de los cortados sobre el Pisuerga.
En Aguilarejo tenemos otra esclusa, y la ribera del Pisuerga acompañada de umbríos sotos. Ahora el canal atraviesa campos de labor; en algún momento escasea el arbolado, sobre todo después de pasar la esclusa correspondiente al cruce de Valoria la Buena. Y llegamos a Dueñas. Si nos quedara tiempo y ganas podemos acercarnos al monte de Dueñas, vergel de robles y encinas sobre una amplia esquina del páramo de los Torozos.
Este trayecto tiene la peculiaridad de que podemos volver en tren, pues son abundantes los cercanías de Renfe que paran en Dueñas. Y también en la apeadero de Cubillas de Santa Marta.
Circular: No
Desnivel (m): nulo
Dificultad: baja
Época ideal: cualquiera
Fuente: Sí
Longitud: 31 km
Tipo de ruta: a pie, en bici