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Son dos nombres originales y sonoros para dos viejos pueblos de barro que se levantan confundidos sobre esta Tierra de Campos ¿o de barros? en una zona perdida muy cerca ya de la provincia de Zamora. Barcial posee abundantes palomares, un castillo reconvertido en frontón, una torre con una cara de piedra y otras de ladrillo, una ermita en ruinas que muestra un arco al aire, y casas de barro, simpáticas casas de barro que reflejan la luz del sol gracias a su elegante trullado... Pero hemos de irnos a Santa Eufemia y salimos por el camino de la vieja ermita - la del arco - en cuyo suelo crece hoy la hierba. De nuevo, más palomares, y todos distintos. Una alameda y una charca con ranas. Después de torcer a la izquierda, paseamos por esta Tierra como los viejos caballeros, y durante un buen trayecto dejamos al Oeste los inmensos dominios del Valderaduey, ya en Zamora. ¡Ni que camináramos por una senda de montaña, por lo bien que se divisa la inmensidad! Desde luego, todas las rutas nos deparan sorpresas y en ésta ya van varias. El camino sube y baja, se trasforma casi en un humilde lindero y también nos muestra al fondo Villafrechós, Santa Eufemia, el perfil de Cabreros y del páramo de los Torozos. Casi sin darnos cuenta nos ha conducido, sin prisa, a nuestro destino. En Santa Eufemia - además de Casa Rural - tenemos una espléndida alameda con mesas, pradera y fuente. Es otro pueblo de barro con abundantes y delicados palomares. Enfilamos la vuelta por un camino que sube poco a poco. Al lado del cruce con el camino de Villafrechós, un pozo con agua y caldero puede saciar nuestra sed. Y no falta tampoco un prado para tumbarse. Algunos pinarillos nos acompañan de cerca. También almendros y chopos aislados. Luego de una pequeña bajada estamos, de nuevo, en Barcial.
Circular: Sí
Desnivel (m): 10
Dificultad: baja
Época ideal: todo el año
Fuente: Sí
Longitud: 17 km
Tipo de ruta: a pie, en bici