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Esta ruta une el municipio de Tordehumos con el monasterio de la Santa Espina, que se encuentra en el corazón de los Montes Torozos. Vamos a disfrutar del valle del Sequillo, de una subida al páramo y de un amplio y profundo monte de encinas y robles.
Partimos del Tordehumos para acercarnos enseguida al Parador, junto a la carretera de Medina de Rioseco. Una vez cruzada esa carretera, un apacible camino nos conduce entre tierras de labor subiendo una ligerísima pendiente. A la izquierda vemos el cerro del Caballo. Y detrás de nosotros tenemos la inmensidad de Tierra de Campos, pero distinguimos sobre todo el Otero de los Humos.
Dejamos a la derecha un picón del páramo y nos adentramos en un vallejo con la ladera Este bien poblada de matas de encina. Realmente los montes Torozos son, hoy día, montes de matas de encina y roble, ya que hay pocos ejemplares centenarios de estas especies arbóreas, tal vez porque se les ha talado muy pronto. Esperemos que nuestra generación los deje crecer.
Al llegar al ras del páramo nos detenemos un momento para contemplar de nuevo el paisaje, que a partir de ahora se volverá totalmente llano. Pasamos junto a una granja y casas rurales, y a continuación nos internarnos en el monte. Muy posiblemente, veremos ganado pastando. De nuevo algún terreno roturado o dedicado a prado y por fin salimos a la carretera de Villagarcía a la Santa Espina, antaño cañada de Madrid.
Hemos recorrido unos 8 kilómetros desde Tordehumos y nos quedan más de 3 para el Monasterio. Pero hemos llegado al corazón de los montes Torozos, una zona de la provincia por donde no es muy habitual encontrarse con gente. Sólo algún pastor o cazador. Los caminantes somos, en este caso, nosotros mismos.
Circular: No
Desnivel (m): 140
Dificultad: baja
Época ideal: todo el año
Fuente: No
Longitud: 11 km
Tipo de ruta: a pie, en bici