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Los Olmos es un paseo a media ladera, por la cuesta que sube desde el río hasta el páramo. Domina el fondo del valle pero también los escarpes de las vargas. Se recomienda hacerlo a media mañana o bien a última hora de la tarde.
Después de dejar una gran nave a la derecha -¡son los tiempos!- empezamos a disfrutar del paisaje, contemplando el conjunto de bodegas de Piña. También, un poco más arriba, nos vigila la Casa del Monte. Y enseguida cruzamos por una densa zona de antiguos huertos o corrales, divididos gracias a almendros. A comienzos de la primavera este paseo es, ciertamente, inigualable. Pero el resto del año nos ofrece su verdor que contrasta con las calvas blancas de yeso y caliza que vemos un poco más arriba, donde algunas matas de encina sobreviven asemejando borregos o cabritos... Entre los almendros descubrimos un viejo palomar.
El camino va tomando altura y el valle parece agrandarse. Pasamos junto a un viejo chozo de pastor, ya descaperuzado y en mitad de una tierra de labor. Antaño estuvo en zona de pasto, en monte. De hecho, aún le flanquean dos pequeños robles.
El camino sale a la cañada Malpica y salvo que queramos subir al páramo para llegarnos a la cañada real Burgalesa, nos vamos hacia el valle. A la izquierda, unos chopos con los pies protegidos de negrillos.
Después de cruzar la carretera, estamos en pleno valle, por donde volvemos a Piña siguiendo la cañada de la Veguilla, salvo que nos acerquemos a la torre de Mazariegos, que realmente se encuentra a un paso.
Circular: Sí
Desnivel (m): 60
Dificultad: baja
Época ideal: cualquiera
Fuente: No
Longitud: 7 km
Tipo de ruta: a pie