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Partimos del Pisón, molino en las orillas del Eresma junto a los puentes de Vadalba.
La primera parte de la ruta discurre por un monte que se encuentra al lado de tierras de labor. Forma parte del amplio pinar de Valviadero. Al poco la senda se acerca a la ribera del Eresma, que muestra laderas enyerbadas cayendo hacia el río. Aquí descubrimos restos de viejas caleras y llegamos al vado de Valviadero, por el que esta localidad, hoy casi abandonada, se comunicaba con la orilla derecha del Eresma.
Aquí el Eresma es un río con riberas estrechas pero frescas, y ricas en vegetación. Si nos acercamos, vemos que el lecho es de arena limpia y las orillas están demasiado protegidas por sauces, zarzas y arbustos donde se protegen mosquiteros, currucas, zarceros y tal vez -si la tarde va de caída- escuchemos el canto de algún ruiseñor.
De nuevo la ruta nos conduce por el pinar para bajarnos, en una amplia curva del río, hasta el Molino Nuevo, donde observamos una presa con su correspondiente centralita eléctrica y restos de un puente medieval que prestó sus servicios en otro tiempo para cruzar al molino desde Alcazarén. El paraje es muy agradable, con senderos que nos conducen hasta las mismas orillas. Es buen lugar para pescadores, que aquí pretenden engañar a alguna trucha.
Y desde la ribera, por el camino anchuroso del molino, nos vamos acercando a Alcazarén, entre tierras de labor y manchas de pinares. Un viejo humilladero que vemos a la izquierda ha sido transformado en albergue de peregrinos, Al final del trayecto, las iglesias mudéjares deslumbran al caminante.
Circular: No
Desnivel (m): 10
Dificultad: media
Época ideal: primavera, verano, otoño
Fuente: No
Longitud: 8 km
Señalizada: si
Tipo de ruta: a pie, en bici