Data del siglo XVI y está compuesta por una sola nave, ábside tardo-gótico y cabecero octogonal. En su altar mayor destaca el retablo barroco de finales del siglo XVII y en el centro, en una hornacina, se encuentra la talla románica realizada en madera policromada en 1300 de la Virgen del Villar, patrona de la localidad.
En el centro del pueblo, junto al Ayuntamiento, se encuentra la ermita herreriana de San Pedro, del siglo XVI realizada en piedra y con una espadaña rematando su fachada.
Fue construida en piedra, en el siglo XVII, en honor a San Roque, con donativos del pueblo, en tiempos de peste, anexa al cementerio, con el objetivo de cobijar en ella a las personas enfermas para que no contagiasen al resto de la población. De una sola nave, cubierta con bóveda de arista. Acceso por una portada, a los pies, en arco de medio punto. Frente a la fachada de entrada se conserva una cruz de piedra de la misma fecha.