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Partimos de Aldealbar aguas abajo del valle, por el camino de la orilla derecha, que dos caminos paralelos acompañan al arroyo. En medio del campo de labor, en el centro del valle, se levanta un antiguo caserón: son los restos de un molino, uno de los muchos que fueron movidos por las aguas de este humilde arroyo. A la derecha dejamos un amplio corral de piedra, con puertas metálicas. Nos acompañan pinos y encinas, y llegamos a un lugar idílico, entre prados, choperas y ruinas: es el Molino de los Álamos. Hasta aquí llega también la ruta de El Segador, que viene de Montemayor de Pililla. Si subiéramos por aquí al páramo de la ladera del molino -hay una buena pista- llegaríamos al manantial de Baitardero, curioso lugar donde en épocas de lluvia hemos visto manar un auténtico y caudaloso río.
Siguiendo camino nos presentamos en el caserío del Valcorba y luego en el del Quiñón, donde damos la vuelta para tomar el camino de la orilla izquierda. Después de haber contemplado otra perspectiva del valle, llegamos de nuevo a Aldealbar. Si no lo hemos hecho al principio, debemos acercarnos ahora a una fuente de la que brota un buen chorro de agua. A su lado, el humilladero, con una inscripción que nos habla del origen milagroso de este caño. La que fue iglesia del pueblo está, totalmente arruinada, al otro lado del río. También se encuentra totalmente caída la ermita de Ntra. Sra. de los Remedios, patrona del Valle: muy cerca, se abre una cueva y brota una fuente.
Pero este recorrido nos sabe a poco, sobre todo teniendo, al otro lado del pueblo, la continuación del Valcorba, que viene de su nacimiento en Minguela. O sea, que nos vamos aguas arriba. Cerca de Torrescárcela vemos un crucero y otro molino. Seguimos por el cauce, que da una revuelta. En la segunda curva distinguimos, arriba, los restos de un torreón: perteneció a un antiguo pueblo, desaparecido hace ya siglos. Otro molino más, con su balsa al lado de nuestro camino.
Subimos un repecho y llegamos a Bahabón. O bien visitamos otro molino en la orilla derecha. Si continuamos, aparecerán las ruinas de una iglesia desde las que se domina el páramo. Hay que ver una de las fuentes que da origen al Valcorba, más allá de un vado y en un lugar increíblemente apacible, donde el verdor es continuo. Si el arroyo lleva agua, tendremos asegurados unos ricos -y amargos- berros. Estamos en el despoblado de Minguela.
Circular: No
Desnivel (m): 30
Dificultad: baja
Época ideal: todo el año
Fuente: Sí
Longitud: 14 km
Tipo de ruta: a pie, en bici