Turismo Provincia de Valladolid

Es una senda de tres kilómetros del largo, prácticamente recta, y paralela al Duero. Se inicia junto aun panel informativo (de la ruta cicloturista) a la salida de la carretera de Pollos, cruza la vía del ferrocarril y llega hasta la puerta de entrada de la finca Cartago de Abajo. ¿Qué tiene de particular? Pues que podemos descubrir todo tipo de aves en el trascurso de esta pequeña excursión. Conviene tomar los prismáticos y, aunque la senda puede hacerse en cualquier época del año, sugerimos como época óptima la comprendida entre octubre y febrero, en razón a que es cuando más aves veremos. La mayoría de las que se dejan observar -patos y ánades- pasan el invierno en la Reserva en grandes grupos, por lo que -al menos para un no experto- lo mejor es coincidir con ellas. Pero, en fin, habitantes tiene la Reserva en cualquier época del año. Además, si en los cultivos colindantes a la senda se da la alfalfa, es muy normal ver pastando cigüeñas - en primavera y verano - o garcetas, a las que descubrimos por su plumaje blanco. En invierno las que pastan, en cualquier tierra, son las avefrías. Incluso alguna palmípeda puede escaparse del agua. Al llegar a la vía - con cuidado, a pesar del escaso tráfico - nos asomamos al puente para seguir descubriendo aves, esta vez en el embalse. Y pescadores, al otro lado. También en lo más alto divisaremos aguiluchos laguneros, águilas, milanos. En sentido contrario, se levanta la vieja estación de Castronuño por la que pasan pocos trenes y paran menos. Y en los árboles y zarzas cercanos a la vía se esconden pajarillos a los que oímos pero casi no vemos aunque alegran nuestra excursión. Finalmente, en la alameda del río que se divisa entre la vía y Cartago, descubrimos una colonia de garzas reales. Si estamos a fines de invierno o principios de primavera, las ajetreadas garzas serán más fácilmente observables.