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Tomamos el camino que, saliendo de la iglesia de planta hexagonal, nada común, nos conduce hacia el pago de Tardeamanece, junto a la ribera. Y después de cruzar el puente sobre el arroyo Madrazo, nos introducimos en lo que queda del caserío de la Galleta. Al fondo vemos una chimenea, pero antes pasamos junto a un prado - a la izquierda - y restos de casas. Claramente vemos la ermita donde estuvo la Virgen de la Galleta, hoy destrozada. A la izquierda, la balsa del molino y el molino mismo. Quedan ejes, ruedas molineras y dentadas, pero todo en un estado de absoluta desolación. Hasta las zarzas y negrillos han tomado el molino y lo tienen atrapado ¿quedará algo dentro de unos años? La fuente nos parece lo único que queda realmente vivo, pues del caño brota siempre agua. Bajamos hasta la orilla del río - es un agradable lugar - para ver la cascada y desembocadura del arroyo, que anima el sitio con su murmullo.
La excursión puede continuar por el camino cercano a la ribera que nos conduce hasta lo que fue la ermita de la Virgen de Onecha, patrona de Dueñas. Desgraciadamente ha corrido la misma suerte que el poblado de la Galleta, pues se encuentra en la más absoluta de las ruinas. Si al menos pasamos en primavera encontraremos la ermita rodeada de almendros en flor. Siempre es un consuelo. Además, el denominado Camponecha se encuentra literalmente levantado por cascajeras utilizadas para la extracción de grava. La orilla del río, por el contrario, se encuentra agradable y atractiva. Al volver pasamos por la cañada de la Costana, precioso humedal en el que distinguimos charcas, manantiales y un chozo de pastor.
Circular: Sí
Desnivel (m): 10
Dificultad: baja
Época ideal: verano, primavera
Fuente: Sí
Longitud: 11 km
Tipo de ruta: a pie, en bici